Madrid. 14 de noviembre. 15:30.
Todavía no estaba suficientemente harto de Madrid cuando la encontré allí. Línea Circular. Ella, de camino quién sabe dónde. Yo, un poco agobiado por un día extraño (sin conexión a Internet) que iba a acabar en Barcelona pasada la medianoche.
Antes de salir del vagón la quiero volver a mirar.
– ¡Ei! ¿Y si ahora le cojo la mano, juntamos nuestras miradas y nos besamos?
– Por favor, deja de soñar de una vez por todas.
– No. Siempre he dejado de hacer aquello que me gustaría y termino allí donde no debería estar. ¿Y si le digo que la quiero?
– Pues pregúntale qué le parece.
– …
– Cobarde.